En Parche y le Cuento, nuestra travesía por Nueva Zelanda se convirtió en uno de los capítulos más ricos de nuestro viaje. Más allá de sus paisajes de postal, buscábamos una inmersión profunda, vivir la cultura, colaborar con sus comunidades y perfeccionar nuestro inglés. Así, nuestro voluntariado en Nueva Zelanda nos llevó desde los jardines al norte de la Isla Norte hasta las granjas y las playas de la Isla Sur. Cada parada fue una historia de aprendizaje, desafíos y conexiones genuinas. Este post es tu guía para entender cómo fue nuestra experiencia y las diversas oportunidades que este país ofrece si buscas viajar con propósito y las manos a la obra.
Nuestra Ruta de Voluntariado en Nueva Zelanda, De Norte a Sur
Nuestra aventura de voluntariado en Nueva Zelanda fue un recorrido fascinante, planificado para sumergirnos en la vida local y explorar tanto la Isla Norte como la Isla Sur. Cada parada nos ofreció una experiencia única, desde el cuidado de jardines hasta tareas en granjas, siempre de la mano de anfitriones que nos abrieron las puertas de sus hogares.

Kerikeri Norte
Nuestra ruta de voluntariado Nueva Zelanda empezó en el norte, en Kerikeri. Allí estuvimos durante 15 días con dos anfitriones. El primero fue David y su perrita Holly. Con ellos, nuestras tareas se centraron en el mantenimiento de su gran jardín. El segundo voluntariado en Kerikeri fue junto a Simon y sus perros Molly y Milo, donde aprendimos del compostaje, las flores y las bases para un buen camping. Nos sentimos como auténticos jardineros, conectando con la sostenibilidad y descubriendo rincones naturales únicos, alejados de las grandes urbes.
[Conoce más sobre nuestro voluntariado en Kerikeri]

Owaka Una Conexión Genuina en el Sur
Luego viajamos a la Isla Sur, a la pequeña población de Owaka. Allí, Mr. Robin y Cindylu nos recibieron como parte de su familia. Mr. Robin, un señor con Parkinson avanzado, necesitaba ayuda con tareas de jardinería en su invernadero y limpieza de patio. Pasamos tardes compartiendo y cocinando junto a Cindylu, conectando profundamente con la tierra y con personas que valoran la simplicidad de la vida rural. Las conversaciones y risas compartidas hicieron de esta una de nuestras experiencias más gratificantes en el voluntariado en Nueva Zelanda.
[Descubre nuestra vivencia en Owaka]

Riverton Sabores y Cultura
Después de Owaka, partimos al sur de la Isla Sur, a Riverton. Allí, Ms. Leah, una señora de avanzada edad, nos recibió con mucho cariño y ricas comidas. Ayudamos en la limpieza de tejados y en el corte y arreglo del jardín. Todo esto lo hicimos mientras disfrutábamos de los hermosos lugares que Riverton ofrece. Fue un acercamiento genuino a la cultura local, comprendiendo las historias y costumbres detrás de cada gesto de ayuda. Este intercambio fortaleció nuestros lazos y nos dio una perspectiva cultural que va más allá de los circuitos turísticos habituales.
[Explora más de nuestro tiempo en Riverton]

Invercargill Aprendizajes entre Autos y Hogar
De Riverton pasamos a Invercargill, donde Mrs. Margarete y Mr. Barry nos recibieron en su hermosa casa. Ellos nos enseñaron su pasión por los autos, un mundo fascinante para nosotros. Además, ayudamos con tareas de limpieza de hogar, zonas comunes, organización de leña y reparación de caminos. Este intercambio nos mostró la diversidad de experiencias que un voluntariado en Nueva Zelanda puede ofrecer, combinando la velocidad de la vida cotidiana con la riqueza de la cultura y la cocina.
[Sumérgete en nuestras aventuras en Invercargill]

Livingstone El Oasis del Aprendizaje Inglés
Luego de Invercargill, hicimos un largo recorrido para ir a Livingstone, donde Ms. Sara y Mr. Patrick nos recibieron en su hermoso terreno rural, alejado de todo. Allí, las comidas deliciosas y las enseñanzas de historia de Mr. Patrick nos ayudaron mucho con la práctica de nuestro inglés, cumpliendo uno de nuestros pilares. Livingstone se reveló como un oasis en el valle, donde la gastronomía local y las auroras australes se fusionaron en una experiencia memorable.
[Conoce nuestro oasis en Livingstone]

Feilding Un Refugio Inesperado
De allí partimos a la Isla Norte. Después de la decepción de un anfitrión que no nos contestó y nos dejó con el itinerario armado, Mrs. Lis y Mr. Tim nos recibieron a última hora y nos brindaron su calidez de hogar. Fue un paso rápido pero muy agradecido, ya que nos salvaron de una situación compleja. Allí ayudamos con la limpieza de invernaderos y puntos de cultivo. Feilding nos brindó un refugio inesperado y una valiosa lección de hospitalidad en el voluntariado en Nueva Zelanda.
[Descubre la hospitalidad en Feilding]

Waitarere Beach Cultivos Frente al Mar
Luego de Feilding, estuvimos con Ms Elizabeth, una profesora amante de las plantas, en Waitarere Beach. Allí aprendimos de los cultivos en una zona costera y ayudamos con el invernadero, así como con el cuidado de plantas y flores. Nuestras raíces se extendieron en el jardín mientras nuestras almas se refrescaban con las brisas marinas. Los días se llenaron de trabajo al aire libre y de la serenidad del océano, creando una atmósfera de calma y productividad.
[Nuestras raíces en Waitarere Beach]

Raglan Cierre con Pesca y Familia
Nuestra historia de voluntariado en Nueva Zelanda finalizó con Amy, Richard y su hijo Curren, una hermosa familia en Raglan. Con ellos, la pesca, el surf y las plantas eran parte del plan de cada día. Los paseos por la playa, las deliciosas comidas y el ambiente familiar hicieron de nuestra visita una experiencia única. Ayudamos en tareas del hogar y en el mantenimiento de la propiedad, lo que nos permitió sumergirnos por completo en la vida de una familia neozelandesa, consolidando la idea de que el voluntariado es construir relaciones.
[Tu próximo destino podría ser Raglan]

Aspectos Clave de Nuestro Voluntariado en Nueva Zelanda
Nuestra experiencia de voluntariado en Nueva Zelanda nos dejó aprendizajes y reflexiones importantes que van más allá de las tareas específicas:
Diversidad de Tareas y Aprendizajes
Colaboramos en una amplia gama de actividades, jardinería, paisajismo, cuidado de animales, construcción, tareas domésticas y hasta apoyo en negocios locales. Esta variedad nos permitió desarrollar nuevas habilidades, desde el manejo de herramientas de jardinería hasta la comunicación intercultural en diferentes contextos.
Conexión con Anfitriones y Comunidades
La mayor riqueza de nuestro voluntariado en Nueva Zelanda fue la oportunidad de convivir y conectar genuinamente con nuestros anfitriones. Compartimos sus rutinas diarias, sus historias y sus tradiciones. Trabajar junto a personas adultas mayores en comunidades rurales hizo nuestra ayuda más significativa y nos permitió descubrir rincones naturales únicos, fuera del circuito turístico tradicional.
Impacto Personal y Profesional
Cada experiencia nos retó y nos hizo crecer. Mejoramos nuestro inglés, aprendimos a adaptarnos a diferentes estilos de vida y cultivamos una mentalidad más flexible. Como pareja, el voluntariado fortaleció nuestra capacidad de trabajar en equipo y resolver desafíos juntos, enriqueciendo nuestra relación y nuestra perspectiva del viaje.

Consejos Prácticos para tu Voluntariado en Nueva Zelanda
Si estás planeando tu propia aventura de voluntariado en Nueva Zelanda, aquí te dejamos algunos consejos prácticos basados en nuestra experiencia:
- Clima y Equipaje: El clima en Nueva Zelanda es muy cambiante. Empaca ropa en capas, impermeable y calzado cómodo y resistente. Estar preparado para las cuatro estaciones en un solo día te salvará de muchos apuros.
- Transporte Interno: Considera alquilar una van o caravana, especialmente si planeas moverte por ambas islas. Es una forma popular y flexible de explorar el país, ofreciendo alojamiento y transporte en uno. Si no, el transporte público es limitado fuera de las ciudades grandes.
- Flexibilidad y Adaptación: Mantén una mente abierta. Las tareas pueden variar según las necesidades de los anfitriones y la estación. La capacidad de adaptación es clave para disfrutar la experiencia al máximo.
- Visados y Documentación Esencial: Investiga a fondo los requisitos de visado para voluntariado en Nueva Zelanda (como la Working Holiday Visa si aplicas). Asegúrate de tener tu seguro de viaje al día antes de volar.
- Conexión a Internet: La conectividad puede ser limitada en zonas rurales o remotas. Planifica con anticipación si necesitas internet para trabajar o comunicarte.
- Aprovecha los Días Libres: Nueva Zelanda ofrece paisajes espectaculares. Utiliza tus días libres para explorar los parques nacionales, hacer senderismo, visitar playas o practicar deportes de aventura.
Nuestra Experiencia Consolidada en Nueva Zelanda
El voluntariado Nueva Zelanda fue para nosotros una inmersión completa en su cultura y paisajes. Cada lugar, cada tarea y cada persona nos transformó. Superamos límites personales, aprendimos habilidades valiosas y contribuimos a comunidades diversas. Esta vivencia fortaleció nuestra visión de que viajar con propósito es la forma más enriquecedora de explorar el mundo, dejando una huella tanto en nosotros como en los lugares que visitamos. Si buscas una experiencia que cambie tu perspectiva, el país kiwi es un destino a considerar.
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