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De Bali a Yogyakarta

De Bali a Yogyakarta

Un Viaje al Corazón Cultural de Java

Una travesía que nos llevó al corazón de Indonesia, donde la historia, la cultura javanesa y los templos milenarios se fusionan con la vida moderna de una de las islas más fascinantes del mundo.

Un Gran Viaje Terrestre, De Bali a Yogyakarta en la Isla de Java

Nuestra ruta por Indonesia continuaba, y la visa de 30 días nos impulsaba a explorar más allá de Bali y Lombok. La siguiente parada era la isla de Java, la más poblada del mundo, con dos ciudades principales: Yogyakarta y la capital, Yakarta.

Si bien volar es una opción rápida, nos atrae la idea de elegir el transporte terrestre porque nos permite interactuar y vivir más de cerca el día a día de la gente local. Viajar en bus de larga distancia resulta más económico, especialmente si consideramos el costo total del viaje, que incluye el transporte desde el aeropuerto hacia las ciudades, que a menudo es más elevado que el propio vuelo.

La experiencia fue muy gratificante; el bus solo llevaba personas locales, que nos acogieron con gran amabilidad. El ticket incluía varias comidas durante el viaje, y la gente nos ayudó e indicó todo lo necesario para que el trayecto fuera cómodo.

Al llegar a Yogyakarta, la aplicación Mitra Darat – Kementerian Perhubungan fue nuestra gran aliada. Esta herramienta nos permite ver las rutas en tiempo real con un GPS, lo que nos ayudó a encontrar fácilmente el bus que nos llevaría desde la terminal hasta nuestro hospedaje. Es una aplicación perfecta para viajeros que buscan vivir la experiencia de forma local y, de paso, ahorrar dinero.

Yogyakarta: Primeras Impresiones y el Arte del Batik

Yogyakarta es el corazón cultural e histórico de Java. Fue la capital de Indonesia durante la Guerra de Independencia, entre 1945 y 1949, y hoy en día, esta Región Especial sigue siendo una ciudad vibrante con una rica herencia javanesa.

A nuestro arribo, un 24 de diciembre, encontramos un lugar pequeño y acogedor, atendido por sus propios dueños, Rumah Kalpataru, que se convirtió en un gran acierto para nuestra estadía. Aunque para la cultura occidental era una fecha importante, aquí era un día más en el calendario.

Mientras caminábamos tranquilamente por la ciudad, una persona local se nos acercó con gran amabilidad. Nos empezó a conversar y a hacernos preguntas sobre nuestro viaje. Con un entusiasmo convincente, mencionó una galería de arte cercana donde podríamos ver expresiones artísticas auténticas de la región. La genuina simpatía que sentíamos en Indonesia nos hizo sentir seguros, y la curiosidad nos convenció de seguir su recomendación, a pesar de que nos desviaba de nuestro camino.

Fue una experiencia reveladora, pues aprendimos sobre el fascinante arte del Batik, una técnica ancestral de pintura sobre tela con cera. El proceso es manual y muy detallado, donde se aplica cera líquida con una herramienta llamada canting para crear el diseño, y luego se sumerge la tela en tintes para colorearla, un proceso artístico milenario.

Sin embargo, más tarde, en la calle comercial de Malioboro, nos dimos cuenta de que esta es una táctica común para invitar a los turistas a las galerías y tratar de venderles los productos.

Pasamos el resto del día explorando esta vibrante calle, una locura de personas. Cerca de allí, se encuentra el Vredeburg Fort Museum, y la energía del lugar en esta fecha festiva era palpable. La mayoría de los comercios estaban abiertos, pero sin las celebraciones que se ven en Occidente.

Borobudur: La Maravilla del Viaje y el Reto de la Reserva

Nuestra visita a Borobudur, uno de los templos budistas más grandes del mundo, fue un punto cumbre en nuestra aventura, que requirió de una buena planificación. Un día antes de nuestra visita, consultamos dónde salía el bus Damri que nos llevaría hasta allí. Además, como es necesario comprar los tickets en línea y esto fue un desafío (ya que se requiere una tarjeta de crédito o débito local), los dueños de nuestro hospedaje nos ayudaron con el pago y así pudimos tener nuestra reserva lista para la mañana siguiente, con nuestro turno de entrada a las 11:30 a.m.

Nos levantamos muy temprano y tomamos el bus local. Si bien existen tours para ver el amanecer, no hay bus público que te lleve tan temprano, por lo que es necesario contratar un tour o un taxi. Al llegar, el bus nos dejó en la terminal, a unos dos kilómetros de la entrada al templo. Aprovechamos para caminar y mirar el mercado local y sus puestos callejeros, y luego nos dirigimos a comer.

Encontramos un lugar local llamado Mangut Beong Asli Borobudur, que fue el único restaurante abierto cerca del templo y nos sorprendió con un exquisito menú. Después de comer, finalmente ingresamos. El tour es guiado y tiene un tiempo limitado para poder recorrer el templo. Es un lugar sumamente limpio y ordenado, y es necesario cumplir con un código de vestimenta. Si quieres saber más sobre este impresionante lugar, te invitamos a visitar nuestro post completo sobre Borobudur.

El Palacio del Sultán: Historia y Vida Local

En Yogyakarta, la historia está viva en cada rincón. Nuestro siguiente destino fue el Palacio del Sultán (Keraton), ubicado en el centro de la ciudad y fácilmente accesible a pie. Este complejo es el hogar de la familia real, un centro cultural y político clave, y una cápsula del tiempo que nos transporta al apogeo de la corte javanesa. Fue construido en 1755 por el primer sultán de la región y sigue siendo hoy un importante centro de arte y tradiciones.

Compramos los tickets al ingreso, ya que aunque las entradas en el sitio web suelen mencionarse como limitadas, también se venden directamente en la taquilla. Una vez dentro, nos adentramos en sus patios y pabellones meticulosamente decorados, una muestra de la fina arquitectura y artesanía javanesa. Es importante tomarse el tiempo para fotografiar cada detalle, ya que el recorrido es en un solo sentido y si avanzas no puedes regresar.

Luego de recorrer su interior, exploramos las calles aledañas, que son un hervidero de vida. El barrio circundante es muy turístico, con una gran variedad de comercios, locales de comida y tiendas de souvenirs. Esta zona ofrece un contraste vibrante entre la solemnidad del palacio y el dinamismo de la vida diaria.

Al finalizar el día y mientras regresábamos a nuestro hospedaje, nos dimos cuenta de que nuestro itinerario se estaba ajustando de forma natural. Las actividades turísticas más demandadas, como el templo hindú de Prambanan o las zonas volcánicas, requerían más tiempo y dinero. Decidimos priorizar las actividades locales que nos permitían entender la cultura y vivir una experiencia más cercana a la gente, un plan que nos resultaba más auténtico y valioso.

Hospedaje y Comida: Un Acierto y un Contraste

Nuestro hospedaje, el Rumah Kalpataru (Reserva con Booking aquí) , fue una experiencia excelente. Nos quedamos en una habitación compartida, lo que nos permitió convivir y conocer a otros viajeros, quienes nos dieron consejos para nuestra aventura. El alojamiento incluía desayuno, lo que nos dio la oportunidad de probar algunos dulces tradicionales de la ciudad y empezar cada mañana con un toque local.

En cuanto a la comida, nos propusimos buscar siempre opciones locales en los negocios de la zona. Probamos de todo, desde los clásicos platos como el Nasi Goreng o el Mie Goreng, hasta especialidades como el Ikan Lele (pescado frito). Si bien tuvimos un pequeño contratiempo en un restaurante de influencia occidental, esta experiencia inesperada nos hizo valorar aún más la comida auténtica y deliciosa que disfrutamos en los puestos de la calle y en los locales familiares, que siempre nos dieron una experiencia muy grata.

Adiós Yogyakarta: Preparando el Próximo Destino

Después de varios días de intensa exploración entre templos y caminatas por la ciudad, decidimos tomarnos un tiempo para descansar y recargar energías. Aprovechamos el sector turístico cercano para disfrutar del ambiente relajado. En un día de buen clima, encontramos un hotel que ofrecía servicio de piscina y un bar abierto, lo que nos permitió disfrutar del sol en el agua con algunas buenas bebidas. El resto del día fue un plan tranquilo y relajante: recorrer las calles, mientras disfrutamos de un helado y de un café con postre.

Finalmente, antes de partir, nos dirigimos a las tiendas de souvenirs para buscar algunos regalos.

Pasamos la última mañana conversando con los dueños del hospedaje, quienes nos ayudaron a practicar algunas frases en indonesio. Con las mochilas listas, en las horas de la tarde nos dirigimos a la terminal para tomar el bus que nos llevaría a Yakarta, dando inicio a la siguiente etapa de nuestra aventura.

Reflexiones de nuestra aventura de Bali a Yogyakarta

Yogyakarta nos enseñó que la verdadera riqueza de un viaje no está solo en la majestuosidad de sus monumentos, sino en la dualidad de sus culturas. Aquí, la fe budista de Borobudur y la historia de los sultanes javaneses coexisten con el islam que domina la vida diaria. Esta mezcla nos hizo reflexionar sobre la convivencia de creencias y la importancia de respetar la historia de cada lugar.

El imponente templo de Borobudur, con su ascenso al Nirvana, nos recordó que la conexión con lo espiritual se encuentra en la calma y en la introspección, mientras que el vibrante caos de las calles nos mostró la energía de la vida local. En Yogyakarta, aprendimos a dejar de lado la prisa, a vivir el presente y a entender que la mejor forma de conectar con un destino es a través de sus personas, sus sabores y sus tradiciones.

Consejos Útiles de Nuestra Ruta por Java

  • Movilización Local: Si planeas usar el transporte público, descarga la aplicación Mitra Darat – Kementerian Perhubungan. Te ayudará a navegar por las rutas de buses y trenes de forma eficiente y económica.
  • Aprovecha la Hospitalidad Local: Los dueños de los hospedajes locales son una gran fuente de información. Pregúntales sobre las mejores rutas, los lugares para comer o cómo conseguir ayuda para tus trámites.
  • Táctica del Vendedor: Ten precaución con las personas que te aborden en la calle, ya que es una táctica común para llevarte a galerías de arte y tiendas de souvenirs con el fin de venderte productos.
  • Tickets y Reservas: Para visitar templos como Borobudur, reserva tus entradas en línea con anticipación. Ten en cuenta que algunas plataformas de pago pueden requerir una tarjeta local, por lo que es útil pedir ayuda en tu hospedaje.
  • Disfruta la Comida Callejera: No te quedes solo en los restaurantes para turistas. Atrévete a probar la comida de los puestos callejeros y los mercados locales para vivir una experiencia más auténtica y económica.
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