Voluntariado en Kerikeri Nueva Zelanda

Un Voluntariado Entre Jardines y Paisajes

Nuestro voluntariado en Kerikeri ha sido una experiencia inolvidable, llena de momentos únicos y enriquecedores.

Embarcarmos en una experiencia de voluntariado en Kerikeri Nueva Zelanda prometía ser una aventura que superaría nuestras expectativas. Dejamos Auckland, nuestro hogar por más de un año, para sumergirnos en una nueva forma de viajar, el voluntariado a través de Workaway. Kerikeri, un pintoresco pueblo en la región de Northland, fue nuestro primer destino. Sabíamos que este rincón de Nueva Zelanda nos ofrecería una mezcla única de historia, cultura vibrante y paisajes impresionantes. La planificación fue clave, investigamos diversas oportunidades de voluntariado hasta que Kerikeri nos llamó la atención por su equilibrio entre las tareas de voluntariado y su entorno natural, rico en historia maorí. Coordinamos con David, nuestro anfitrión, y nos preparamos para un trabajo de paisajismo, listos para aprender y contribuir a la belleza de este lugar.

Voluntariado en Kerikeri Nueva Zelanda, El Inicio de Nuestro Viaje

Nuestro viaje comenzó con la decisión de abrazar una forma diferente de explorar, el voluntariado. Después de un año viviendo en Auckland, sentíamos el llamado a una experiencia más inmersiva, a conectar con la gente y los lugares de una manera más profunda. Por eso, optamos por Workaway, una plataforma que nos permitiría intercambiar nuestro tiempo y esfuerzo por alojamiento y una inmersión cultural genuina. La idea de un voluntariado en Kerikeri Nueva Zelanda se consolidó como nuestro primer paso en esta nueva etapa de nuestra travesía.

Si quieres saber más sobre cómo funciona esta comunidad, te invito a visitar su sitio web oficial Workaway.info.

Camila disfrutando el horizonte en una playa de Kerikeri

Dejando Auckland, El Camino hacia Kerikeri

El 20 de agosto, después de dejar nuestro apartamento en Wakefield Street, tomamos un autobús desde Auckland. El viaje prometía ser un preludio de la aventura que nos esperaba. Aproximadamente cinco horas nos separarían de la bulliciosa ciudad para llevarnos a la tranquilidad de Kerikeri. Durante el trayecto, las expectativas y un suave nerviosismo se mezclaban, era nuestra primera vez en este tipo de experiencia, y la incertidumbre de lo desconocido era palpable, pero la emoción de lo que vendría superaba cualquier duda.

La Llegada y el Recibimiento en Kerikeri

Llegamos a Kerikeri alrededor de las 5:30 de la tarde. A pesar del cansancio del viaje, la calidez de David, nuestro anfitrión, nos recibió con los brazos abiertos. Nos encontró en la calle principal del pueblo y nos llevó a su casa, un refugio acogedor ubicado en la parte alta de la costa. Desde allí, la vista era simplemente asombrosa, el mar se extendía ante nosotros, prometiendo amaneceres y noches de luna que jamás olvidaríamos. Nos sentimos cómodos al instante, como si la casa nos diera la bienvenida a una nueva etapa.

Paisaje costero de Kerikeri durante la marea baja

Nuestros Días de Voluntariado en Kerikeri Nueva Zelanda, Aprendiendo y Conectando

Nuestro día a día en Kerikeri fue una mezcla de trabajo físico, aprendizaje y la compañía constante de Holly, la adorable Golden Retriever de David. La labor principal consistía en el mantenimiento del extenso jardín de la casa, una tarea que nos conectó directamente con la tierra y el entorno de este rincón de Nueva Zelanda.

Primeras Tareas de Jardinería y Descubrimientos

El primer día de trabajo nos despertó con la emoción de lo desconocido. Nos esperaban tres horas de jardinería, cortar el césped, arrancar malas hierbas y podar algunas ramas. Fue nuestro primer contacto con la vida rural en Nueva Zelanda. A pesar del esfuerzo, la tranquilidad del entorno y la satisfacción de ver el jardín más ordenado nos trajeron una sensación de paz. Holly, la perrita de David, nos acompañaba con su energía, siempre dispuesta a jugar y alegrar nuestras mañanas.

Tras la jornada, un almuerzo con David y las insistentes ganas de jugar de Holly con Camila, nos recordaban la alegría simple de esos momentos. Por la tarde, David nos llevó a Rainbow Falls, un lugar majestuoso con una cascada impresionante y senderos que nos dejaron sin palabras. Caminamos por el parque, visitando la Stone Store y la Kemp House, los edificios más antiguos del país, sintiendo la historia de Kerikeri en cada paso. Este primer día nos dejó una profunda impresión, la amabilidad de David, la belleza natural y la conexión con la cultura nos confirmaban que habíamos tomado la decisión correcta.

Mujer sonriendo en un sendero entre árboles nativos en Nueva Zelanda.

El Segundo Día, Playas, Jardines y Risas con Holly

El segundo día comenzó con otro amanecer espectacular sobre el mar, una rutina que se volvería una de nuestras partes favoritas del día. Continuamos con nuestras sesiones de jardinería, limpiando, podando y ordenando el jardín de David, que se extendía por varios acres. Holly seguía siendo nuestra compañera inseparable, correteando felizmente entre las plantas y haciendo de cada tarea un momento más ligero y divertido. Después de unas cuatro horas de trabajo, David nos sorprendió con una invitación, un viaje a la playa Te Ngaere, a unos 40 minutos de la casa.

Fue una tarde que atesoramos. La playa, con su paisaje prístino y arena suave, nos cautivó al instante. Pero la estrella de la tarde fue Holly, quien no paró de jugar en el agua. Verla nadar, correr por la arena y disfrutar de la libertad fue un espectáculo que nos llenó de alegría y convirtió la tarde en una aventura divertida. Al regresar, David nos esperaba con una cena deliciosa, cerrando el día de la mejor manera.

Perra Holly descansando en Kerikeri, Nueva Zelanda, ícono local entre rutas y voluntariados.

Día de Lluvia en Kerikeri, Reflexión y Productividad

El tercer día nos recibió con otro amanecer impresionante. Nos dedicamos nuevamente al cuidado del jardín, mientras Holly seguía siendo nuestra fiel compañera. Sin embargo, una intensa lluvia que comenzó por la tarde interrumpió nuestras actividades al aire libre. Aprovechamos este cambio de planes para descansar y enfocarnos en nuestro blog.

Escribimos, editamos videos y fotos, y planificamos futuras publicaciones. La lluvia nos brindó la oportunidad de un día más tranquilo, perfecto para la introspección y para ponernos al día con nuestras tareas digitales. La noche nos regaló otra mágica aparición de la luna llena, que iluminó el cielo despejado y nos recordó la belleza simple y poderosa de la naturaleza, incluso en un día de descanso. Nuestro tiempo en Kerikeri se convirtió en una mezcla perfecta de trabajo, diversión y contemplación.

Explorando Kerikeri y Sus Alrededores

Kerikeri es mucho más que un destino de voluntariado, es un lugar cargado de historia y rodeado de naturaleza. Durante nuestra estancia, tuvimos la oportunidad de explorar sus rincones más emblemáticos y sumergirnos en su esencia.

Caída de agua cristalina en medio del bosque de Kerikeri.

Rainbow Falls, Un Encuentro con la Naturaleza

Como mencioné, una de nuestras primeras exploraciones nos llevó a Rainbow Falls. Este parque nos ofreció un espectáculo natural, con la fuerza del agua cayendo y la serenidad que solo la naturaleza puede brindar. Caminar por sus senderos y sentir la inmensidad del lugar fue una experiencia que nos conectó profundamente con el entorno.

Descubriendo la Historia en Stone Store y Kemp House

Kerikeri se destaca por ser uno de los primeros asentamientos europeos en Nueva Zelanda. Visitamos la Stone Store y la Kemp House, los edificios más antiguos del país. Caminar por estos lugares era como retroceder en el tiempo, sintiendo la mezcla de la cultura maorí con la herencia europea. La historia se palpaba en cada rincón, enriqueciendo nuestra comprensión de la región.

Escultura maorí tallada en madera en Nueva Zelanda.

Navegando las Aguas de Kerikeri, Paseo en Kayak

Uno de los días más esperados fue el paseo en kayak. Con la marea baja y un sol radiante, aprovechamos para remar por las aguas tranquilas. Fue un día completamente despejado, ideal para disfrutar del encanto costero de Kerikeri desde una perspectiva diferente, sintiendo la brisa y la libertad del mar.

Russell y Paihia, Nuevas Perspectivas

En otro de nuestros días libres, David, Holly y una amiga nos llevaron a explorar Russell y Paihia. Fue una jornada llena de nuevas experiencias, disfrutando de la compañía, la comida local en un restaurante acogedor y las bebidas mientras conocíamos estos pintorescos pueblos costeros. Cada salida nos ofrecía una nueva capa de la vida y el paisaje de Northland.

Viajero agradeciendo frente a una cascada en el bosque de Kerikeri.

Nuestro Aprendizaje del Voluntariado en Kerikeri Nueva Zelanda

Nuestra experiencia de voluntariado en Kerikeri Nueva Zelanda nos dejó una profunda huella. Fue un viaje donde el trabajo físico en el jardín de David se entrelazó con el descubrimiento de una región fascinante, su historia y su gente. Cada amanecer sobre el mar, cada risa con Holly, y cada paseo por Kerikeri nos recordó la riqueza de viajar de una manera más consciente. Conectamos con la comunidad local, aprendimos de primera mano sobre la vida en Nueva Zelanda y, lo más importante, vivimos una aventura que reafirmó nuestra pasión por explorar el mundo con un propósito.

Consejos para Tu Próximo Voluntariado

Prepara tu viaje de voluntariado con estas indicaciones y sácale el máximo provecho.

  • Elige proyectos que realmente conecten con tus intereses y habilidades.
  • Comunica tus expectativas y disponibilidad claramente con tu anfitrión.
  • Prepárate para adaptarte a diferentes tareas y entornos.
  • Aprovecha para aprender del anfitrión y de la cultura local.
  • Dedica tiempo a explorar los alrededores del lugar donde te encuentres.
  • Mantén una actitud abierta a nuevas experiencias y personas.
  • Investiga sobre la plataforma de voluntariado que vayas a usar.
  • Lleva ropa adecuada para el tipo de trabajo que realizarás.
  • No olvides tu equipo básico de viaje y botiquín personal.
  • Registra tus vivencias, te ayudará a recordar cada detalle.
  • Sé flexible con los planes, a veces las cosas no salen como esperas.
  • Disfruta cada momento, incluso los desafíos, forman parte del aprendizaje.
Caída de agua entre vegetación nativa en Kerikeri, Nueva Zelanda.

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